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domingo, 28 de abril de 2013

Presentación

 Ha sido un viaje hermoso y duro a la vez.
 Acompañado por mi amigo Jesús durante toda la travesía y durante tres días por nuestro amigo Maxi, veíamos como día a día íbamos avanzando resolviendo las dificultades que no han dejado de aparecer en cada etapa y disfrutando de las sensaciones tan maravillosas que continuamente hemos tenido la suerte de vivir.

 Han sido 38 días inolvidables en los que nos hemos encontrado con gente excepcional como Xabi y María José. Ya os contaré que nos pasó con ellos.

 Es una prueba de fondo total. No se exactamente los kilómetros recorridos pero rondaran entre 800 y 850. Los que recorrimos de más a causa de los caminos mal señalizados, también habría que considerarlos porque son los que en definitiva te hacen la etapa más dura.

 Lo que he aprendido es que el macuto no debe pasar de los doce kilos. Se trata de un viaje muy largo y la espalda y los pies se merecen un cuidado muy especial y cada kilo añadido se nota mucho. Hemos buscado siempre la posibilidad de descansar en lugares atendidos donde la ducha, la cena, un sueño reparador, y un buen desayuno nos colocan en buena posición para el día siguiente.

 Es verdad ese comentario de un gran viajero, que decía: “Cuando tengas hecho el equipaje, deja la mitad de todo lo que has metido y coge el doble de dinero”. Hay que analizar todo lo que se lleva “por si acaso” y dejarlo en casa. El recorrido es el que es pero nosotros podemos elegir los lugares de descanso más adecuados a nuestras pretensiones. Elegirlos a nuestro favor. Se trata de llevar el equipaje más ligero posible, apoyándonos siempre que se pueda en lugares para dormir donde nos den de comer generosamente y donde podamos descansar con una buena ducha y un buen sueño.
En la primera etapa ya nos dimos cuenta que nos sobraban unos kilos y aprovechando una oficina de correos en Bera de Bidasoa facturamos a nuestra casa algunas cosas de las que podíamos prescindir, como cubiertos, plato y vaso de aluminio, infernillo, bombona de gas, algunas medicinas, un libro…más de tres kilos.

 Ahora plantearía el recorrido con un macuto ligero de no más de 50 litros, saco ligero de plumas, funda de vivac, un plástico para el suelo, colchón autoinflable, sábana saco, botas usadas varios años, zapatillas de trekking también usadas, chanclas de goma, tres pares de calcetines, crema hidratante para los pies, cortauñas, alguna tirita, malla larga, pantalones largos ligeros, dos pantalones de atletismo –son ligeros y se secan rápido-, dos calzoncillos, tres camisetas manga corta, una camiseta manga larga, un polar sin mangas, un polar con manga larga, guantes para el agua, capa gorro para lluvia, gorro para el sol, braga, gafas de sol, crema protectora, altímetro, brújula, reloj cantimplora –luego se añadirá alguna botella de agua mineral en alguna etapa -, tapones para los oídos a prueba de ronquidos, una linternita muy, muy ligera, una navaja también muy ligera, los mapas, un cuaderno, un boli, el móvil y el cargador. También es conveniente llevar algunas bolsas de plástico para guardar la ropa y protegerla del agua en los días especialmente lluviosos y húmedos.

 Creo que la opción de hacer el recorrido de Este a Oeste tiene ventajas respecto de la inversa. Al empezar el 28 de junio y acabar el 4 de agosto nos presentamos en Girona en unos días especialmente calurosos y ya desde que se sale de Andorra hay que añadir etapas donde predomina el calor, vegetación de pinchos en caminos estrechos porque la altitud mínima desciende mucho, hasta los 100 metros en ocasiones y existe una influencia mediterránea clara. Aparecen el alcornoque, las chicharras, los piornos, enebros….y falta agua. Creo que acabar en Guipúzcoa con estos calores hubiese sido más soportable.

Empezar a caminar con el Sol en la cara o en la espalda es algo que también conviene valorar. Las fotografías no salen igual. Si llevas algo de ropa húmeda colgada por fuera del macuto no se seca igual. 
 Según va finalizando Julio el turismo aumenta y hay más problemas para encontrar un alojamiento que pueda interesar...

domingo, 9 de noviembre de 2008

Etapa 1 · Cabo de Higuer - Bera de Bidasoa · 28 jun 07


En el mismo camping del Cabo Higuer                                                                                       

 Llegamos el día anterior a Irún en tren y con autobús nos fuimos a Hondarribia/ Fuenterrabía. Te deja a unos 4 Km. del cabo Higuer y hay que acercarse por una carretera que asciende suavemente hasta el mismo cabo.           Allí hay un camping. Te dejan una terraza en primera línea muy bonita encima justo del mar. Cenamos en el restaurante del camping.
La suerte nos acompañaría todo el viaje porque Jesús pisó una mierda de perro en la pradera donde instalamos nuestra tienda –primera cosa de la que prescindiría porque aunque ligera no dejaba de añadir un kg al total- Mosqueo de Jesús, que eleva sus plegarias para desahogarse. Olía a mierda de perro por todas partes. 

 Yo me dejo en las duchas un colgante de una pequeña vidriera que le había comprado hacía unos días a Itxaso, la prima de Eva.

 Con nuestro pesado macuto en la espalda, estamos eufóricos, vamos a empezar un viaje alucinante. Bajamos por la carretera siguiendo ya las marcas blancas y rojas. Calculo que nuestros ojos se han podido fijar en aproximadamente unas 40.000 marcas en todo el recorrido.
 Bajamos a nivel del mar, al puerto, y desde allí se camina en dirección a Irún. Atravesar Hondarribia es un rollo porque las marcas desaparecen por primera vez y empezamos a preguntar.


 Collado de Erlaizt    
¿Oiga para el Cabo de Creus?    

Había leído que mejor era ir por la antigua carretera hasta Irún y empezamos a preguntar por ella. Un avión nos pasó por encima de la cabeza con un ruido tremendo. Estamos justo al lado del aeropuerto de San Sebastián. ¿Los vecinos no se quejan? Caminando por calles, carretera, rotondas, llegamos Irún y todo recto y por las avenidas principales se recorre hasta un punto en el que te desvías a la derecha para pasar por debajo de la autopista y salir al campo decididamente.

Antes de este desvío, reponemos fuerzas en un bar donde sonaba continuamente una música típica vasca. Un caldo, un bocata de jamón, una cerveza…                                     

Y allí, muy amable, un hombre joven que parecía el dueño, salio a la calle conmigo y nos indicó la dirección por donde se pasaba por debajo de la autopista, porque allí de marcas, nada.

Dejar el macuto en el suelo era un alivio y cogerlo de nuevo un acto de fe.
Se van alternando las sendas con las pistas, y las búsquedas de marcas de GR se convierten en una idea constante. Empezamos a notar su escasez y ello provoca que la ermita de San Marcial la dejemos a nuestra derecha pasando nosotros por una pista que rodeando el monte por debajo añade un poco más al recorrido.


Caballos en Erlaizt

Aiako

En el collado de Erlaizt 495 mts nos encontramos una familia de caballos muy bonitos con grandes melenas. A nuestra derecha vamos a ir dejando las peñas de Aiako Harria 820 mts lugar emblemático para la escalada del País Vasco. Tocamos con una carretera en el mismo collado que abandonamos en seguida siguiendo una pista que hay que dejar en una curva fuerte a la izquierda.                                                

El camino sigue de frente, pero no hay marcas y nosotros bajamos por la pista añadiendo más distancia hasta la presa de San Antón.
Collado de Tellería. Vamos dejando atrás algunos caseríos muy atentos siempre a las marcas del GR.




Kopako Harria


Aiako Harria
En Bera, el lugar recomendado para quedarse estaba cerrado ese día y nos alojamos en un hotel. Nos tomamos unas cervezas, contentos, después de la primera agotadora etapa de 10 horas. Aquí tomamos la decisión de mandar cosas a nuestras casas. Yo la bombona de gas se la regalo al muchacho de la barra del hotel. Cenamos y dormimos bien.


Etapa 2 · Bera de Bidasoa - Elizondo · 29 jun 07

Nos vamos de Bera
                                 
                                                                                                                                                      Salimos a las 9:45 después de empaquetar en correos lo que nos sobraba. Allí conocimos a Fernando, el jefe de la oficina con el que estuvimos charlando sobre las caminatas por el monte. Muy agradable, nos ofreció su teléfono por si en la oficina de Elizondo teníamos que enviar más cosas y queríamos contactar con él.
 Al poco rato encontramos a Estefan (creo que era alemán) y se une a nosotros. Llegamos al puerto de Lizarrieta y nos tomamos una cerveza y compramos agua. Está en la misma frontera con Francia.


Nos vamos, atravesando la carretera y cogiendo un camino de frente.
Se van sucediendo los collados hasta que llegamos a una bifurcación de pista y no sabemos seguir. 



 



  
















Aparece un todo terreno y el hombre nos indica una de ellas y que además tiene agua en un caserío. Nos hacía falta el agua. Lo que vino después fue otra perdida. Ya íbamos mal. Llegamos a unas casas pero viendo que la pista nos alejaba de Bera y que la teníamos debajo justo, nos decidimos en bajar por una trocha que vimos bajaba recta hacia Elizondo, con mucha pendiente.
  Teníamos enfrente a nuestra derecha la loma que bajaba en buenas condiciones y ahora nos tocaba  aparecer en Elizondo unos kilómetros más arriba, en el polígono industrial.
Penosamente nos acercamos al pueblo y Jesús pregunta a un hombre ya entrado en años que si estamos en Elizondo. El le contesta que no, “esto es …..” dice muy serio, “Elizondo es ….” Jesús se quedo un poco pillado. "Cansinamente" llegamos a nuestro destino, localizamos la iglesia y …..por fin.
Han sido 12 horas.
Nos recomiendan para cenar un par de bares. En el primero que elegimos la señora nos dice que es muy tarde – son las diez - pero debemos darla pena por como nos ve o porque también les decimos que nos manda el hotel y decide darnos de cenar.

Elizondo
Un cuenco de sopa que nos llena el plato dos veces, una ensalada y chuletas.
Son las 12:20 de la noche y acabo de lavar mi ropa, estirarme y la ducha, cremas y demás potingues. Los polvos reconstituyentes para el agua prefería dejarlos preparados por la noche. El dueño del hotel y Jesús hablan de unos conocidos del pueblo que Jesús tuvo como compañeros en sus estudios.
Hemos andado durante 12 horas.

Etapa 3 · Elizondo - Casa Pablo - 30 jun 07

Dejamos atrás Elizondo
                        
   Cabras de Ermitegui
                                           
Nos encontramos con Oscar, un muchacho de Barcelona muy nervioso que continuamente nos decía que su tienda condensaba mucho. Nos preguntó por nuestra tienda. Jesús decía que le ponía nervioso. Le encontramos en unas casas donde había una fuente. Allí comimos algo.


                            Bosque de las hayas

 
Interminable recorrido por las “palomeras” lugar desde donde los cazadores esperan el paso de las aves para dispararlas. Las señales se pierden una vez más en un terreno de hierba confundido por muchos caminos que hace el ganado suelto –vimos caballos y ovejas-

                                         Otros habitantes


                                        Camino de las palomeras


                                                    Interminables palomeras


                                                                  Colores

 Era necesario pararse y reconstruirnos mentalmente el itinerario, los siguientes pasos. 
 Íbamos bien pero no teníamos la certeza. Se deja a la derecha una divisoria de cumbres aunque yo creo que hubiese sido más acertado seguir por la misma divisoria y bajar directamente al puerto de Urkiaga.


 En esto nos encontramos con una valla metálica y una pareja de paseantes. Nos saludamos y preguntamos: ¿ Y esto que es ¿ - Navarra, nos dice-, ¿ Y eso, pasada la valla ¿. Él, contesta: “Navarra también” contesta muy digno. Francia queda más abajo. Estamos en el Quinto Real.  
 Nos dicen que sigamos la pista y acabaremos en el puerto de Urkiaga. Ahora veo que un camino baja directo al puerto siguiendo la divisoria.
 En el puerto estamos sin agua. Hay coches, gente que lo utiliza como punto de partida y allí llegan también los navarros que encontramos arriba, en las palomeras.  
 Una mujer que se está quitando las botas nos dice que puede bajarnos por la carretera a una fuente pero luego, claro, hay que subir andando. En el puerto hay una cabaña que tiene agua acumulada de la lluvia, abres el grifo y sale agua. Pero no nos fiamos y acampar allí nos parece que no es lo más aconsejable. Tenemos tiempo para acercarnos a Casa Pablo.  
 Un acierto.La chica que lo lleva, Elena, nos trata muy bien. Acaba de coger la concesión y se tirará allí todo el verano. Cervezas, buena cena y buen desayuno. Nos encontramos con dos chicos alemanes.

Etapa 4 · Casa de Pablo - Fábrica de Orbaiceta · 1 jul 07

 Sin estirar, salimos andando y ya dudamos al no encontrar las marcas. Jesús por un lado. Yo por otro. Elena nos había dicho que justo detrás de su edificio se iniciaba el camino recto hacia arriba.  
 Jesús, subiendo el primer repecho desde Casa Pablo
 Efectivamente, el camino sigue una línea recta subiendo y vamos encontrando las marcas. 
Al rato aparece una valla de alambre a nuestra derecha y ya no la dejamos. Hay puestos de palomas que van apareciendo como estructuras fantasmas entre la niebla, que ya no nos abandonará hasta pasado el collado de Arbilleta.

                       

Yo, en el mismo repecho
                                        


                                                  Las nieblas nos acompañan



 Vamos subiendo entre nieblas y Jesús en plena terapia va superando paso a paso su miedo a estas nubes bajas que no nos dejan orientarnos. No vemos ni a donde vamos ni de donde venimos. Con tanta humedad el sudor nos cae a chorros mientras vamos cogiendo altura siguiendo la valla de alambre.
 No se ve donde estamos pero en la valla aparece una puerta que traspasamos –así lo dice nuestra guía- porque suponemos que es esa nuestra puerta. Yo me separo un poco entre la niebla para eliminar residuos y Jesús me espera al otro lado ya, curándose de su rollo con las nieblas. Luego me diría que lo pasó mal esperándome.

Añadir leyenda
 Camino de Aurizt
                                      
Aparece una pista que ya nos baja muy cómodamente hasta Auritz/Burguete



Caminar al sol nos devuelve el optimismo después de unas cuantas horas entre la niebla.


Llegamos a Auritz.

  
                                     Un par de bocadillos cada uno y Jesús se cura sus pies. Recibe ánimos de María Ángeles desde Barcelona para continuar. Con las botas apretándole los dedos no deja de sufrir. Pensamos en cambiar botas por zapatillas cuando el camino lo permita.

 Dejamos Auritz y siguiendo el plano yo me voy por donde no hay marcas.          

Buscando las señales del gr ...
El sítio es muy bonito
 Se pierden la señales del Gr. 
Volvemos y tomamos uno más ancho donde aparecen algunas de vez en cuando. Y claro, la que nos saca de esa pista no la vemos y la seguimos durante una hora. 
 Llegamos a una bifurcación de la pista y hay nos quedamos parados. No sabemos por donde seguir y no se ven señales. 
Por la pista que nos llega de frente, pasando un arroyo, baja una muchacha y nos dice que vamos hacía el Lindus (al noroeste) cuando nosotros deberíamos ir hacia Orreaga/ Roncesvalles -hacia el noreste. Despiste total. 
 Si hubiésemos seguido la carretera desde Auritz habríamos cogido un camino que camina cerca de ella y que nos lleva más rápido a Orreaga. Pero bueno, estamos en medio del monte y hay que rectificar. 
 Mientras estamos parados dudando que hacer aparecen Javier y Asu que con sus GPS están midiendo caminos para proceder después a marcarlos. Nos explican lo que pasa en Navarra. 
 Los caminos están descatalogados, efectivamente, como vimos en unos carteles en la primera etapa, y seguirán descatalogados mientras no se aporte desde las instituciones, desde el gobierno de Navarra, los fondos necesarios para su marcaje, cuidado y conservación. Nos explican que llevan años sin recibir esos fondos por problemas de falta de entendimiento entre las distintas partes interesadas. Por un lado los que sueltan las pelas y por otro los que hacen el trabajo. Parece ser que ya ha habido acuerdo y los de “a pie” vamos a dejar de perdernos. Los del GR 12 se dejarán de perder este año (2007) y los del GR 11 dejarán de perderse en el 2008, que va a ser cuando se dediquen a pintarlo.
 Javier y Asu, con su perro, caminan junto a nosotros explicándonos todo esto y sacándonos de nuestro estado de pérdida. Nos acompañarían hasta el monasterio de Roncesvalles y hasta la continuación del camino que deja el monasterio y sube al puerto de Ibañeta, ya por GR 11. Jesús lo sigue pasando mal con sus pies. Se le pasa por la cabeza abandonar como luego me confesaría.
Toda la soledad que habíamos traído hasta aquí, de repente se transforma en un camino bullicioso en el que no paras de saludar a gente. Son los peregrinos con los que nos cruzamos y nos saludamos con el “buen camino”. Son gente que viene de Francia. Vienen muy contentos y todos saludan con sonrisas.         Ellos bajan y nosotros subimos al collado de Ibañeta donde una ermita cerrada nos protege con sus paredes para comer algo.
 Una pista de cemento que se va alternando con el camino nos espera hasta llegar al collado de Lepoeder.
Pista a Lepoeder

Peregrinos en la pista a Lepoeder

  Nos rodea la niebla en todo el recorrido y a veces parece que se abre para después volver con más intensidad. Jesús ya está curado de sus miedos a encontrarse encerrado entre las nubes y sube feliz. Solo le preocupan sus dedos de los pies. Las uñas se le amoratan y las va perdiendo. Pierde cinco uñas en todo el recorrido.



Dejamos el collado de Lepoder algún peregrino nos pregunta por donde es, cuanto queda y cosas así. Yo ya me siento dueño del camino, creía que lo peor ya estaba hecho y no era así. Dejamos a la izquierda el Astobizkar. Los grupos de gente con los que nos cruzamos van apareciendo de repente entre la niebla.

 Bordeamos el Txangoa por el norte por un camino a veces empantanado en el que las hojas caídas de las hayas forman un barro en el que nos hundimos en algunos lugares.  
 Seguimos cruzándonos con peregrinos de distintas nacionalidades. 
 Tenemos que parar a comer y nos subimos encima de unas hayas caídas aprovechando que no llueve.



El collado que forma el Txangoa y el Leitzarateka, a donde llegamos, esta cubierto totalmente por la niebla. 

No se ve nada.


 Estamos justamente en la frontera con Francia. Seguimos la valla de alambre que llevamos a la derecha, según nos dice la guía, y aunque un poco preocupados vamos caminando porque vamos por una pista que a veces ya tenemos problemas en reconocerla. Llega un momento en que la pista se pierde entre la hierba, la valla de alambre se va a la derecha de la dirección que traíamos y no sabemos por donde dejarnos caer, porque el collado se acaba y hay que tomar una dirección para bajar. Aparecen otras marcas de otros colores. Son azules. 
 La Alta Ruta Pirenaica anda por ahí. 
 Oímos ruidos de maquinaria y nos parece que a lo lejos hay alguien con un tractor. Dudamos entre ir a preguntar o seguir, cuando de repente entre la niebla aparecen las luces de un coche. Es un R4, alucinamos, viene por la pista por donde veníamos nosotros. Era un campesino francés que se acercaba a donde estaba el otro trabajando y al preguntarle él no entendía pero si que capto lo de Orbaiceta y con la mano nos señalo la dirección. 
Fue suficiente.
Maldecimos a los responsables de que el camino no estuviese en condiciones y empezamos a descender en esa dirección encontrando enseguida unas marcas de rueda en la hierba que se iban fortaleciendo hasta aparecer una pista. Aquí ya encontramos marcas blancas y rojas y nos fuimos recomponiendo moralmente mientras bajamos y la niebla desaparecía. Aparecía un nuevo peligro si las marcas desaparecían entre la hierba. Era el bosque. No fue así.
Una larga caminata nos baja hasta la fábrica de armas de Orbaiceta y allí unos trabajadores nos dicen el camino más rápido para llegar al Hostal. 
 El hombre que nos atendió nos dice que el teléfono que llevamos es al antiguo de su padre de un hostal de Orbaiceta que ya ni existe. Unas cervezas en la barra y nos subimos a nuestras camas. 
En la parte de arriba, abuhardillada, hay como unas diez camas, cinco a cada lado de un ancho pasillo que va dejando las camas a ambos lados tapadas por cortinas y al fondo los lavabos y las duchas. Se acababa de ir un grupo de muchachos y estamos solos. 
Una cena muy buena que no podemos acabar y nos dejan colocado el desayuno en termos para salir pronto a la mañana siguiente.

Etapa 5 .·. Fábrica de Orbaiceta - Irati - Otsagabia · 2 jul 07

Pista al Orión
Caminata primero por carretera y luego por camino hasta llegar a una zona de hierba alta muy húmeda que nos empapó las zapatillas.


Caminamos hacia el collado que nos lleva a Irati, a la izquierda .



Hacia el collado Morateko
                       
 Hacia el puente de la Cuestión
Pasamos entre el Mendizar y el Mozolo. Es una zona muy verde llena de monte ondulado y rápidamente nos meteríamos en los bosques de haya de Iratí. Hay que pasar antes por el Puente de la Cuestión. Jesús concentrado en sus pisadas.

Irati

                          
Irati
Irati
Bordeamos por el norte el embalse de Irabia parando unos momentos para "asuntos propios". 
Jesús se adelanta y me dice luego que se cruzó con el hombre que nos atendió en el hostal de Orbaiceta. 
Se me olvidaba contar lo que nos dijo sobre las marcas del GR. Se había dado el caso de ir ellos a marcar para evitar que la gente se perdiese y llegar otros y decirles que se estuviesen quietos que ni se les ocurriese pintar nada. Increíble hasta donde llega la manipulación…
 Casas de Irati
                                       

Llegamos a las casas de Iratí, cansados y con los pies doloridos. Hay un merendero junto a una casa de los forestales donde informan. Allí comimos y yo me quité las zapatillas para que los pies se secasen y luego me puse las botas.





Empezando a subir al Paso de las Alforjas

                     

Nos esperaba un desnivel de 600 metros. Dejábamos los bosques de Iratí y nos deponíamos a atravesar la sierra de Abodi por el collado de las Alforjas.

Nos esperaba un camino bien marcado hasta el collado. Subimos muy bien, a nuestro ritmo constante, el ritmo que hemos llevado siempre y que tan buen resultado nos ha dado.

  Estamos llegando al collado
Estamos llegando al collado
                                
Collado de Las Alforjas
Collado de Las Alforjas


















Yo mientras subo voy practicando la respiración abdominal cuando me acuerdo. Esta siendo una jornada muy larga. Estamos duplicando.
 A partir del collado de las Alforjas las marcas a veces no se ven, aunque el pueblo allá abajo nos va marcando la dirección. Pasamos un par de
Alambradas y ya la bajada hasta Otsagabia se hace muy largo.   

 Llegamos al Santuario de Muskilda y Otsagabia parece que no acaba de acercarse.

Ya en el collado veíamos Otsagabia abajo pero a lo lejos




















El campo tiene puertas

                                        
Otsagabia



Por fin llegamos.
El hostal recomendado –de una estrella- lo lleva una mujer mayor que parece que lo hace todo. Es un lugar antiguo y un poquito rancio. 
Fue donde nos cobraron más caro. La cena estuvo bien.






















Nos comimos unas pochas que nos supieron a gloria. Habitación muy pequeña, no podíamos ni hacer los estiramientos. Hay más hostales en el pueblo. 
 El pueblo está atravesado por el río Anduña y éste se junta en una esquina del pueblo con el río Salazar. Es muy bonito.